
• Se necesita más educación para combatirlo, cube Olivia Gall antes del Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial el 21 de marzo.
Aunque la ciencia ha demostrado desde hace tiempo que las “razas” humanas no existen, el racismo es un fenómeno social y cultural incrustado en los “poros” de las sociedades, por lo que aún luchamos contra este grave problema, cube un investigador del Centro de Estudios Interdisciplinarios. en Ciencias Naturales y Humanidades (CEIICH) UNAM, Olivia Gall.
Los resultados de la última Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS, 2017) muestran que aproximadamente uno de cada cuatro indígenas y uno de cada cinco afrodescendientes admiten haber sido discriminados en los 12 meses previos a esta encuesta, y el número va en aumento entre mujeres
Además, a nivel nacional, uno de cada dos indígenas afirma que se le ha negado injustificadamente la atención médica, y la misma cantidad de afrodescendientes dijo que se le negó el apoyo de los programas sociales.
Con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial, que se celebra el 21 de marzo, la coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Racismo y Xenofobia (SURXE) aclara que esta práctica se refiere a acciones que vulneran el derecho a la igualdad de trato de víctimas
En otras palabras, para la manifestación de la discriminación racial no basta tener prejuicios, estereotipos, concepts, creencias o comentarios, sino que debe existir un acto concreto que vulnere el derecho a la igualdad de trato, considerando a una persona de “raza inferior”. “. ,” Él cube.
El término “discriminación racial” o “discriminación racial” implica que se da por sentada la existencia de “razas”. Por eso, en SURXE preferimos hablar de discriminación racista. “Alguien es discriminado porque hay racismo, no porque objetivamente pertenezca a una raza. Nos gustaría cambiar esta forma de hablar”.
Los humanos pertenecen a la misma especie, Homo sapiens. La concept de que los seres humanos se dividen en grupos biológicos o “razas” radicalmente diferentes queda completamente descartada de la seriedad académica y científica. “Ya casi nadie defiende la existencia de ‘razas biológicas’, aunque muchos racistas lo hacen, y mucha gente sigue expresándose en esos términos”.
El experto recuerda que, desde el siglo XVIII, disciplinas como la antropología sostienen que los seres humanos estamos separados, entre otras cosas, por características biológicas que nos diferencian radicalmente unos de otros, y que todos los que comparten esas características forman parte de una misma raza. . Por ejemplo, se cree que todas las personas de piel negra pertenecen a la misma raza, denominada “raza negra”.
Esta forma de pensar y construir relaciones fue poderosa; No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que las pseudociencias que invocaban la existencia de razas comenzaron a ser cuestionadas, pero su discurso y las creencias que lo sustentaban quedaron tan arraigados en la sociedad que fueron difíciles de erradicar.
Ahora que las ciencias genómicas han demostrado de manera irrefutable que no es cierto que las personas estén divididas según la raza, uno pensaría que el racismo ya debería haber desaparecido. Esto no sucedió y, por el contrario, este sistema de creación de desigualdad atraviesa las sociedades de diferentes maneras.
Por supuesto, explica Gall, la discriminación racista es uno de los síntomas del racismo; pero hay otras formas más profundas, graves y violentas en que se manifiesta, como el genocidio.
Nuestro país ha desarrollado su identidad nacional sobre la base de que los mexicanos somos mestizos, producto de un mestizaje biológico y cultural. “Descubrimos, poco a poco, y con mucha dificultad, que racismos específicos sobreviven dentro de esta construcción de identidad mestiza”.
A los afromexicanos, por ejemplo, se les ha dicho durante dos siglos que no existen; fueron invisibilizados y no considerados una de las venas del mestizaje mexicano; siempre hablaron sólo de raíces indígenas y españolas.
Y se envió el mensaje a los pueblos originarios de que para ser plenamente mexicanos debían abandonar su identidad diferenciada, su etnia, sus costumbres y tradiciones, y “mezclarse”. “México es muy peculiar en su actitud racista”, cube un estudiante universitario.
La ley es una de las herramientas más importantes para combatir este fenómeno. La Ley Federal para la Prevención y Eliminación de la Discriminación, promulgada en 2003, ayuda a combatir la discriminación racista, pero no da suficiente margen para sanciones civiles o administrativas en caso de denuncia o denuncia. A su juicio, la legislación de la Ciudad de México tiene más posibilidades en este sentido.
Las leyes que establecen que México es un país multiétnico y pluricultural reconocen la diversidad. Y si bien esto es relevante para la lucha de los pueblos indígenas y afromexicanos por ser reconocidos como sujetos colectivos de derecho, no es suficiente para combatir contundentemente el racismo.
Otro elemento en la lucha contra este fenómeno es la educación. Sin embargo, según un proyecto de investigación realizado entre 2018 y 2021 para examinar la presencia de racismo y xenofobia en el sistema de educación primaria pública, el equipo de académicos que lo desarrolló encontró que muchas narrativas de libros de texto y muchas prácticas en escuelas ubicadas en ocho estados del República Mexicana están impregnadas de racismo.
El racismo es un sistema poderoso que genera desigualdad, inferioridad y sufrimiento. Por eso, es importante que seamos conscientes de su existencia y cómo se relaciona con otros sistemas estructurales que generan desigualdad: clasismo, patriarcado, etnocentrismo y aporofobia (rechazo a los pobres).
Cuando vemos un acto de este tipo, debemos protestar en todas las instancias posibles. El objetivo debe ser una sociedad en la que erradiquemos no solo el racismo, sino también el concepto de “raza” tanto de nuestra conciencia como de la forma en que tratamos a los demás, enfatiza.
El Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial se celebra el 21 de marzo de cada año. Ese día de 1960, la policía abrió fuego y mató a 69 personas durante una manifestación pacífica contra la ley del apartheid en Sharpeville, Sudáfrica. En 1966, con motivo de este día, la Asamblea Common de las Naciones Unidas instó a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos para eliminar todas las formas de discriminación racial.