
- Es simbólico que las ciencias exactas y naturales estén asociadas al principio masculino, señala Lu Ciccia.
- Mañana es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
La igualdad entre hombres y mujeres es una prioridad world para la UNESCO, y el apoyo de las mujeres jóvenes, su educación y su plena capacidad para hacer oír sus concepts son los motores del desarrollo y la paz, coincide Lu Ciccia, miembro del Centro con la Worldwide Organización de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) UNAM.
Según la organización mundial, el porcentaje promedio de mujeres investigadoras en el mundo es del 33,3%; y solo el 35 por ciento de los estudiantes en los campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son mujeres.
Si bien los campos STEM se consideran críticos para la economía nacional, actualmente la mayoría de los países, independientemente de su nivel de desarrollo, no han logrado la igualdad de género; a partir de 2016, el 30 % de los países para los que se dispone de datos sobre la proporción nacional de mujeres investigadoras han alcanzado la paridad.
Se estima que en las ferias STEM en normal y a nivel internacional, las mujeres cis (una persona cisgénero se identifica con el género que se le asignó al nacer) representan solo el 13-15 por ciento, agrega la estudiante universitaria.
Los datos de la Coordinación de Investigación de la UNAM muestran que en este subsistema el private académico está conformado por 3,187 personas, de las cuales 1,271 investigadores, 519 investigadores, 787 técnicos académicos y 610 técnicos académicos.
El porcentaje de mujeres investigadoras aumentó de 27 en 2015 a 28 en 2019. Subió al 29 por ciento en 2021, porcentaje que se mantuvo el año pasado.
En cuanto a los métodos académicos, pasó del 43 por ciento en 2015 al 44 por ciento en 2019, porcentaje que se ha mantenido hasta 2022.
Por campo de especialización, las investigadoras representan el 30 por ciento en geociencias e ingeniería en 2023; 39 por ciento en ciencias químico-biológicas y médicas; y 20 por ciento en ciencias físicas y matemáticas.
Según la experta, cuando se habla de “mujeres en la ciencia”, se quiere decir precisa y pure; Parecería que las demás ciencias sociales y humanas no son ciencias, y esto tiene una connotación: “asociamos simbólicamente las primeras a lo masculino y las segundas a lo femenino”.
Las mujeres y otros cuerpos feminizados tienen un lugar subestimado en las ciencias exactas y naturales por ser un lugar masculinizado; y, por supuesto, están subrepresentados, argumenta.
Una estudiante universitaria explica que para las subjetividades feminizadas existe una especie de “tensión” entre la vida académica y profesional, así como la vida private y acquainted, porque son ellas las que cuidan y de alguna manera gestionan a la familia.
En normal, si las mujeres quieren reproducirse, siempre afecta el tiempo profesional; Además, es una complicación que mantienen las instituciones que alimentan y sostienen que no pueden crecer lo suficiente “porque el tiempo que se requiere para completar estudios, producir conocimientos, and many others., está orientado hacia la edad reproductiva, y personas, que las mujeres embarazadas producen menos en esos años”. .
Cuando logran permanecer en una institución, no tienen las mismas oportunidades de alcanzar altos cargos; aun teniendo una trayectoria related con un hombre cis, es elegido. Además, subraya, estamos hablando principalmente de mujeres cis-heterosexuales, pero también tenemos que preguntarnos dónde están las otras sexualidades y, por supuesto, la población trans, sean o no sexualmente diversas.
En el campo de STEM, se deben desarrollar políticas para garantizar que las mujeres cisgénero tengan acceso a ellas en los mismos términos que los hombres cisgénero; Esta es una política elementary, necesaria pero no suficiente, agrega, ya que la reproducción simbólica de STEM seguirá existiendo como un campo predominantemente masculino.
Esto se explica por el sistema de valores androcéntrico, que inevitablemente excluye la corporalidad feminizada en aquellas disciplinas que encarnan las concepts de objetividad, neutralidad y universalidad.
Para mejorar el acceso de las niñas y mujeres cis a la educación tecnológica y científica, es necesario, en primer lugar, dejar de asociar nuestro físico con ciertos roles de género.
“Esto incluye evitar formas de juego y juguetes de género, permitir que los niños elijan sus actividades”, y crear referencias positivas en todas las disciplinas científicas sobre cuerpos feminizados, identidades de género desviadas, sexualidad y cuerpos diversos.
“Los niños necesitan que se les diga que pueden hacer y ser cualquier cosa y que no sienten que se les prohíba realizar ciertas actividades debido a su identidad de género o expresión de género. Es importante dejar de obsesionarse con lo que podemos hacer y lo que podemos ser”, enfatiza.
En cuanto a las medidas para superar el techo de cristal que enfrentan las personas feminizadas en el ámbito científico y académico, es importante ampliar los años que se consideran “altamente productivos” para que los años reproductivos de las mujeres embarazadas dejen de ser un obstáculo académico profesional.
También debemos considerar los métodos de evaluación: cuáles son los sesgos androcéntricos en la forma en que se aplican las evaluaciones a los puestos académicos. “Después de analizar quién tiene más incentivos, mayores ingresos, niveles más altos en el Sistema Nacional Explorer, o quién está en altos cargos, vemos quiénes son los privilegiados: los hombres cis-heterosexuales”.
En CIEG –junto a Laura Espinosa Azuar del Instituto de Ecología y con el apoyo de colegas de diferentes instituciones, incluyendo la participación de Rubes Hernandez Duarte del Consejo Coordinador para la Igualdad de Género de la ONU– “estamos lanzando el proyecto PAPIIT (Apoyando la Programa de Investigación y Proyectos de Innovación Tecnológica), para contribuir con herramientas de evaluación más justas.”
Los cambios estructurales y simbólicos también deben incluir la formación de asesores y garantizar que las tareas de cuidado y el momento del embarazo y la crianza no creen barreras para el crecimiento académico profesional de nadie, reitera Lou Ciccia.
En su valoración, la existencia del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia implica que se debe invisibilizar durante los 364 días del año, así como la necesidad de una fecha para visibilizar la infrarrepresentación de las mujeres cis y otros cuerpos feminizados en las disciplinas científicas exactas y naturales.
Por eso, esta celebración no es el fin, sino un medio para desarrollar una política en la que ya no tiene sentido dedicar un día entero a este tema, añade una licenciada en biotecnología y doctora en estudios de género.
“Si existe este día, hay un problema: nos habla de las desigualdades estructurales y simbólicas que organizan la vida social de tal manera que ciertas subjetividades tienen menos acceso a derechos. La tarea de este día debe ser recordarlo, diluirlo para que no tenga que existir”.
El 22 de diciembre de 2015, la Asamblea Common de las Naciones Unidas proclamó el 11 de febrero como un día para reconocer el importante papel de las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología; Para la UNESCO, esta es una oportunidad para promover su acceso pleno e igualitario a la ciencia.