
Ante estos datos, surge la duda de si es necesaria la vida para el desarrollo del barniz, sobre todo porque este tipo de película en rocas con una alta concentración de manganeso fue descubierta recientemente en Marte por las misiones robóticas Curiosity y Perseverance. de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA).
Asimismo, un académico de la Facultad de Ciencias de la UNAM estudió durante tres años barnices en los desiertos de Chihuahua, Sonora y Nuevo León, los cuales fueron analizados utilizando los métodos analíticos que actualmente usan los robots en el Planeta Rojo para buscar ciertas características. vida posible.
“Hemos caracterizado mineralógica y geoquímicamente las lacas. Vamos a empezar la segunda parte con un nuevo proyecto para estudiar los barnices desde un punto de vista más microbiológico y bioquímico, vamos a buscar biomarcadores con la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y el Centro de Astrobiología de Madrid, España. “, explicó el investigador.
Entre sus primeros resultados, explicó, estuvo el descubrimiento de que el bronceado del desierto no parece favorecer a una roca sobre otra, ya que se desarrolla en prácticamente cualquier tipo de litosfera, y aunque los análisis no revelaron una participación directa de microorganismos en la formación de la laca, la el hecho de que estén presentes en absolutamente todas las muestras indica que lo utilizan como hábitat.
Los microorganismos, agregó, son extremófilos porque pueden fijar manganeso e incorporarlo a su metabolismo, lo que significa que pueden sobrevivir en condiciones áridas, alta radiación y temperaturas extremas, como el desierto de Sonora, que alcanza los 50 grados durante el día y sub -cero por la noche temperatura.