
La llegada de un hijo siempre es un momento importante y uno de los grandes cambios para los involucrados. Desde los padres hasta los hermanos (si los hay), todos deben prepararse para recibir a esta pequeña criatura de la mejor manera posible.
Pero, ¿qué sucede cuando hay un perro en nuestra casa? ¿Cómo debemos educarlo para que tenga una actitud positiva hacia este nuevo miembro de la familia? ¿Estarás celoso? ¿Qué medidas se deben tomar para que el perro no se sienta desplazado?
Según la veterinaria Sofia Vignegra de la Facultad de Medicina Veterinaria y Ciencia Animal de la NAU, los perros y los bebés pueden convivir muy bien. Aunque aclaró que nuestro amigo de cuatro patas necesitará una atención especial, pues tendrá que prepararse para recibir de la mejor manera posible a este nuevo integrante de la familia.
“Hay que acostumbrar al perro a su “nueva forma de vida”. Pueden cambiar su rutina diaria, son muy inteligentes. Por ejemplo, cuando pasó la pandemia del COVID-19, no pudimos salir con ellos, fue difícil, pero entendieron. Lo mismo ocurre cuando llega el bebé. La cuestión es no descuidarlos: sal a caminar cuando sea posible, o regálales un juguete a cambio de esta actividad”, dijo la etóloga clínica.
En diversas redes sociales es muy común ver movies donde perros y bebés se llevan bien e incluso tienen un vínculo especial. Pese a ello, el veterinario zootécnico aconsejó a los cuidadores de perros vigilar su contacto con los pequeños con el fin de establecer restricciones para brindar atención a los menores.
“Conviene que poco a poco se vaya dando un acercamiento entre ellos. Pero antes que nada, tengo que conocer a mi perro y ver si está tranquilo. Si la respuesta es afirmativa, déjelo examinar al bebé mientras el adulto observa. Hay que hacer que el perro asocie al recién nacido con aspectos positivos”, dijo.
Por otro lado, cuando se le preguntó si un perro podría estar celoso de un bebé, Vignegra señaló que aunque no se puede hablar de un sentimiento related a los celos humanos, los perros notan una falta de atención o cariño.
“Si has estado usando a tu perro todo el día para que lo acaricien y de repente aparece un bebé, va a extrañar esa atención. Es necesario que haya un equilibrio entre las muestras de cariño al recién nacido y al perro, para que no sienta que ya no se le quiere”, agregó.
Establecer límites para el niño
Cuando el bebé ya sabe gatear o incluso caminar, es necesario asegurarse de que no cruce los límites del perro para evitar cualquier reacción negativa por parte de ella.
Vignegra destacó que el vínculo entre bebés y perros brinda muchos beneficios a los niños:
• Se vuelven más sociables.
• Se crean lazos de confianza y protección.
• Aprenden valores como la responsabilidad y la lealtad, entre otras cosas.
• Aumentan las emociones de felicidad.
De igual forma, existen estudios que mencionan que la convivencia de perros y bebés permite que estos últimos desarrollen mejores defensas y por ende scale back la probabilidad de desarrollar asma y/o alergias. También se ha demostrado que los patrones de sueño mejoran.
Si bien la relación entre bebés y perros es muy positiva, Vignegra también recomendó enseñar a los menores a tener cuidado con los perros para tener un vínculo positivo.
“La relación entre perros y niños es muy buena, pero necesitan supervisión. Hay que enseñarle al bebé cómo acariciar al perro, con qué fuerza y de qué manera”, concluyó.