
En tanto, los acelerógrafos se obtuvieron en 2019 con otro apoyo del CONACYT; Se han instalado en universidades, centros de investigación, escuelas, centros culturales, lugares públicos y algunas propiedades privadas.
Los expertos indicaron que pretenden continuar con la ampliación y colocar al menos dos acelerógrafos en cada uno de los 18 municipios de Querétaro e instalar más en otras entidades.
“Hay zonas del país donde no hay temporadas y han ocurrido algunos pequeños eventos, entre ellos ‘enjambres sísmicos’ que son una larga serie de eventos como los que ocurrieron en Guanajuato en 2021. Su origen puede estar relacionado con el movimiento relativo de las fallas.
“También se utilizaron acelerógrafos CGEO para monitorear el enjambre volcánico en Tansitaro, Michoacán en 2020 y 2021. No había estaciones cercanas, lo que dificultaba la localización de los hechos. Al colocar los equipos cerca de las fuentes, es más fácil determinar la ubicación más precisa de la sismicidad, saber dónde ocurrió el evento, cómo se propaga la energía y cómo se desarrolla la sismicidad, de ahí la necesidad de compactar las estaciones”, agregó Marques Ramirez.
Universitarios explicaron que en México la mayoría de las estaciones están desplegadas en la costa sur del país, donde se registra el mayor nivel de sismicidad y ocurren los mayores eventos. Sin embargo, es importante estudiar la sismicidad de baja magnitud en otros estados, ya que puede ser peligrosa. “Un terremoto de magnitud 4 o 5 en un área urbana a poca profundidad puede causar daños significativos”.
Las redes densas nos permiten medir con detalle el pulso de la Tierra, saber dónde tiembla y dónde se pueden generar terremotos más fuertes.
El académico Gómez González enfatizó que la información que genera la crimson no solo permite realizar investigaciones, sino que también es de gran utilidad para la coordinación estatal de protección civil y municipios. En Querétaro, parte del equipo instalado se compró en convenio con el estado hace varios años.
“Además de los sísmicos, hay muchos otros fenómenos en los que podemos intervenir y ayudar a la sociedad. Por ejemplo, en el aeropuerto de Querétaro no existe una estación sísmica, dicha infraestructura debe ser monitoreada constantemente. Hay alrededor de 45 parques industriales en Querétaro, y cada uno de ellos debe tener al menos un equipo de bajo costo, así como todas las escuelas, universidades, hospitales y otros lugares con alta concentración de población”, dijo.
“Si somos capaces de buscar información en otros planetas para obtener nuevos conocimientos sobre el origen del universo, ¿por qué no buscar alternativas que nos permitan conocer mejor el inside de la Tierra y aumentar la seguridad de la población? Todavía tenemos mucho que aprender sobre el fenómeno sísmico”, subrayó.
El experto enfatizó el deseo de cooperación nacional e internacional que existe en el CGEO. Prueba de ello es que en 2020 la estación de banda ancha del campus Yuriquiglia se trasladó al Centro de Educación, Investigación y Capacitación Avanzada en Producción Animal del Altiplano de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia del municipio de Tequisquiapan y sus datos fueron compartidos con el Servicio Sismológico Nacional y el consorcio de institutos conjuntos de investigación de sismología IRIS (abreviatura en inglés) de los Estados Unidos.